domingo, noviembre 26, 2006

Para terminar la noche...


Al menos me quedan unos cuantos cigarros para terminar la noche...

Una posibilidad más de amor, una menos, y otra más para desprenderse y seguir solo a la deriva... Ja ja ja...

Ella, pues, un bajar y elevarse en atrofiada espiral cósmica, un casi amor que hace crecer mi colección de circunstancias incompletas y tristes.

Ahora, avanzar hasta que los males se desgasten, y se vuelvan fantasmas, y al final nada...

Avanzar como único remedio, seguir perdiendo la forma, morir por la noche, reencarnar en la mañana, buscar el agua fresca, ya pasará vaguito...

Y digerir en secreto frases que ya no escribiré, lágrimas que ni se asomarán, un relato sobre ella que nunca empezará.

Es ella ahora, luego otra, y otra enchilada amorosa más para sazonar el alma...

¡Qué bellas las mujeres! ¡Qué exquisito su veneno! ¡Qué buenos los putazos!

Mientras tanto, seguiré enamorándome de ella, de la que viene, de la que se va, de aquella que pasa, etc... Al final (ese final que nunca llega), terminarán siendo suaves pruebas del enorme manjar romántico que nutre, siempre de una manera distinta...

Y yo, empiezo, y continuo, y termino amándolas a todas, a cada una... Amor hay siempre, en todo lugar, se trata solo de probar y disfrutar.

Y claro, jugar.

Jugar a la conquista, jugar al desamor, jugar a la tristeza, jugar a que todo parece un juego.

Un juego elegante, lleno de misterio y maravilla...

Un juego para celebrar...

¡Qué agasajo!